10 de enero de 2011

Sarah Palin responsable

Sarah Palin cometió un error monumental el año pasado al señalar a los congresistas más fáciles de derrotar en las elecciones parlamentarias de 2010 con unas dianas como las que se usan en las prácticas de tiro. Era un despropósito propio de una persona que cae en ellos con frecuencia.

Es posible que este episodio acabe con Palin. Su radicalismo, que empezaba a ser grotesco, puede resultar ahora cruel. Palin ha contribuido a envenenar el debate político con su estilo.

Palin no es un sujeto extraño a EEUU. La apoyan millones de personas. Su estilo, por aborrecible que pueda parecer, se identifica plenamente con ciertas costumbres y ciertas tradiciones norteamericanas.

Si se quiere buscar un responsable por encima del culpable debe señalarse a la sociedad americana, o a la parte de ella que cree en la venganza individual, que le niega al Estado el patrimonio de la violencia y que exhibe sus armas con tanto orgulloso constitucional como exhibe su libertad.

Existe, desde luego, esa América tolerante, abierta, intelectual y emprendedora que eligió presidente a Barack Obama y que en todas partes se admira y respeta. Pero hay otra porción de América, la rural, inculta y salvaje que ruge intermitentemente cuando siente sus intereses en peligro. La primera América milita en ambos partidos, pero el Partido Republicano se ha quedado con la otra parte por completo.

Es lógico, por tanto, que todos los paranoicos con armas simpaticen con los republicanos, como otros terroristas en otras partes se esconden tras un lenguaje presuntamente de izquierdas.

Reflexiones de una tragedia

El cruento tiroteo en Tucson, Arizona, ocurrido el sábado obliga una reflexión sobre las condiciones en nuestra sociedad que conducen a que un joven, con aparente desequilibrio, sea capaz de semejante masacre durante una reunión informal política en un sitio público. El hecho que el blanco haya sido la congresista Gabrielle Giffords (D- Arizona) introduce un elemento imposible de ignorar, en un momento en que el debate político se ha vuelto especialmente destructivo.

Giffords, una demócrata de tendencia conservadora que está a favor de la reformas migratoria, había sido víctima de amenazas y de agresiones en contra de su oficina, especialmente después de haber apoyado la reforma médica. Durante la campaña política del año pasado, su escaño estaba marcado como un blanco de tiro por la ex gobernadora de Alaska Sarah Palin —cuyo lema es "no replegarse, sino recargar"— como señal de vulnerabilidad electoral. Al mismo tiempo, el contrincante político de noviembre de Giffords organizó un acto de campaña en un centro de tiro al blanco.

El agresivo clima político proveniente de la ultra derecha es el responsable de la tragedia. Tal como lo señaló el Sheriff del condado de Pima, Clarence Dupnik, el nivel "corrosivo" del debate político actual —especialmente en Arizona— puede llevar a un desequilibrado a tener una reacción de este tipo.

No está claro el movil político que pudo tener el sospechoso Jared Lee Loughner para actuar de esta manera. Lo que se conoce de él es un pasado conflictivo, mentalmente inestable con ideas delirante mezcladas con el fervor antigubernamental. No obstante los indicios de inestabilidad, él pudo comprar legalmente el arma usada en la masacre gracias a que Arizona tiene una de las leyes más laxas del país en la venta de armas de fuego.

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9 de enero de 2011

La radicalización política en EEUU

Puede que Jared Lee Loughner, el presunto autor de la matanza de Tucson, tenga sus propios desequilibrios mentales, pero el sheriff del condado de Pima, donde se produjo la tragedia, Clarence W. Dupnik, ha puesto un dedo en la llaga al señalar que ese desequilibrio está fomentado por la "virulencia retórica" antigubernamental de ciertos políticos y comentaristas de radio y televisión. Dupnik no acusó concretamente a nadie de usar esa "virulencia retórica" pero, por si acaso, Sarah Palin, la líder del movimiento ultraconservador Tea Party, ha retirado de su página de internet la diana con la que apuntaba al distrito de Gabrielle Giffords, la congresista demócrata herida de gravedad en la cabeza por los disparos de Loughner.

"Estamos en la lista de objetivos de Palin. El problema es que nos ha puesto en esa lista colocando una mirilla telescópica sobre nuestro distrito. Cuando la gente hace eso, se tiene que dar cuenta de que su actitud tiene consecuencias", denunció la propia Giffords en marzo pasado. Ese mes sus oficinas fueron atacadas por desconocidos horas después de haber votado a favor de la reforma sanitaria del presidente Barack Obama, una reforma a la que se opuso ferozmente el Partido Republicano y el Tea Party.

Durante meses, en muchas de las concentraciones de protesta del citado grupo contra la reforma sanitaria, era normal ver a mucha gente armada asegurando que usarían sus pistolas, rifles y ametralladoras para defenderse contra el Gobierno y el Estado. El movimiento ultraderechista, respaldado por la cadena de televisión Fox, ha condenado el atentado contra Giffords y, tras revisar las listas de sus miembros, ha confirmado que Loughner no es uno de los suyos.

La víctima había advertido hace meses del peligro del lenguaje agresivo

Además, sus portavoces se han encargado de poner la venda antes de la herida y se han declarado ya víctimas al asegurar que la izquierda les va a acusar de ser los responsables ideológicos del tiroteo, algo que hasta ahora nadie ha hecho. "En este momento, cuando tendríamos que pensar en lo que ocurre en la política y en que no importa cuáles sean los motivos del pistolero, la izquierda va a acusar al Tea Party", dijo un portavoz.

Desmintiendo sus palabras, el senador demócrata Dick Durbin declaró que no cree que exista una "conexión directa" entre la matanza y la retórica de un grupo político específico. No obstante, sí observó que "vivimos en un mundo de imágenes violentas y palabras violentas", y citó como ejemplo la frase "no hay que replegarse sino cargar las armas" que, precisamente, pronunció recientemente Sarah Palin.

Por su parte, el senador republicano Lamar Alexander sólo quiso dejar claro que la acción de Loughner no tenía nada que ver con el Tea Party y, para ello, recordó que el presunto asesino había asegurado que entre sus libros favoritos figura el Manifiesto comunista, de Karl Marx.

Las palabras del sheriff Dupnik han tenido eco en todos los medios de comunicación estadounidenses, hasta el punto de que, según The New York Times, "ningún acontecimiento desde el atentado de Oklahoma, en 1995, había atraído tanta atención acerca de si el extremismo y el sentimiento antigubernamental o, incluso, la simple pasión política en los dos lados del espectro político han creado un clima promoviendo la violencia".

Palin retira de su web un mapa con una diana sobre el distrito de Giffords

Por su parte, el presidente del Congreso, el republicano John Boehner, ha querido superar ese lenguaje y la división en el país al asegurar que "cualquier ataque a un funcionario es un ataque a todos los funcionarios. Actos de violencia y amenazas contra cargos públicos no tienen lugar en nuestra sociedad".

"La meca de la intolerancia"

Pero, según el sheriff Dupnik, precisamente eso es lo que está ocurriendo en Arizona, un estado entre los más republicanos del país y que, a su juicio, se ha convertido "en la meca del prejuicio y la intolerancia". Dupnik reveló que tanto él como muchos otros cargos públicos han recibido amenazas de muerte.

"Eso es lo triste de lo que está ocurriendo en Estados Unidos. Muy pronto no vamos a ser capaces de encontrar gente decente y razonable que desee servir en una oficina pública", aseguró.

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8 de enero de 2011

Una congresista demócrata, tiroteada en Arizona

Un tiroteo en Tucson (Arizona) ha matado a seis personas y causado heridas al menos a 12 personas, incluyendo la senadora Gabrielle Giffords, una demócrata moderada reelegida para un tercer mandato en las elecciones del pasado noviembre frente a un candidato del Tea Party y cuya oficina fue atacada en marzo por extremistas conservadores después de que ella diera su apoyo a la ley de reforma sanitaria. La Policía del Capitolio ha pedido a los miembros del Congreso que tomen precauciones "razonables".

zoomLa legisladora demócrata Gabrielle Giffords.

La legisladora demócrata Gabrielle Giffords. HANDOUT | EFE

zoomAnuncio que lanzó el comité de Acción Política de Sarah Palin en el que puso dianas a los congresistas que habían apoyado la reforma sanitaria.

Anuncio que lanzó el comité de Acción Política de Sarah Palin en el que puso dianas a los congresistas que habían apoyado la reforma sanitaria.

zoomAnuncio amenazador contra Giffords publicado el pasado verano.

Anuncio amenazador contra Giffords publicado el pasado verano.

Aunque inicialmente CNN y la radio pública NPR han confirmado la muerte de Giffords y otras seis personas el hospital al que ha sido trasladada ha confirmado que Giffords, que ha recibido disparos en la cabeza, se encuentra viva y está siendo operada.

Giffords, de 40 años, casada con el astronauta Mark Kelly y madre de dos hijos, participaba esta mañana en un supermercado en El Congreso en tu esquina, un acto con ciudadanos con el que pretendía escuchar directamente sus preocupaciones. Un hombre joven según los testigos ha abierto fuego y ha herido hasta a 12 personas. Entre las víctimas se cuentan un niño y un juez federal.

El sospechoso ha sido identificado como Jared Laughner, de Arizona, nacido en septiembre de 1988. Al parecer, ha echado a correr tras disparar y ha sido frenado por un viandante, lo que ha facilitado su detención. Según un testigo que ha hablado con The New York Times, se trata de un joven veinteañero que iba desharrapado y que ha disparado a Giffords desde cerca y por la espalda.

Ola de condenas

El atentado ha causado inmediatamente una ola de condenas. El presidente de EEUU, Barack Obama, ha emitido un comunicado denunciando que "un acto de violencia tant errible y sin sentido no tiene cabida en una sociedad libre". John Boehner, el republicano que desde esta semana es presidente de la Cámara baja, ha hablado de "un día triste para el país" y ha dicho que "actos y amenazas de violencia contra servidores públicos no tienen cabida en nuestra sociedad. Un ataque en alguien que sirve es un ataque a todos los que sirven".

Giffords es miembro del comité de Servicios Armados del Congreso así como del de Ciencia y Tecnología. Aunque es miembro de los blue dogs, el grupo de demócratas moderados en el Congreso, defiende el derecho al aborto y dio su apoyo a la ley de reforma sanitaria, durante cuyo debate y votación se intensificó la violencia y las amenazas contra los congresistas a su favor.

En los comicios de noviembre Giffords se midió a Jesse Kelly, un candidato apoyado por el Tea Party, al que se impuso por un ajustado margen. Su nombre fue uno de los 20 que el Comité de Acción Política de Sarah Palin puso en un controvertido mapa en el que se señalaban con puntos de mira como los de un arma a congresistas demócratas que habían votado por la reforma sanitaria. El mapa hoy ya no está disponible en la web que lo publicó y Palin ha colgado un mensaje de condolencia en el que pide "paz y justicia" en su página de Facebook, donde ya ha nacido un grupo que le pregunta "¿Estás ahora contenta, Sarah Palin?".

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