19 de febrero de 2006

Objetivo Irán

El petróleo es el principal motivo de un inminente ataque militar a Teherán. Todo encuadra en la carrera de Washington por la conformación de su imperio. Desde que Teherán reabrió algunas de sus plantas nucleares, occidente, a la cabeza de Estados Unidos reaccionó amenazando con remitir el caso al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (ONU). Sin embargo, varios analistas aseguran que eventuales sanciones contra el país islámico no tendrán los resultados pretendidos por Washington y sus tres aliados europeos (Gran Bretaña, Francia y Alemania), principalmente por QUE CHINA, RUSIA E INDIA BOICOTEARÍAN LAS SANCIONES, sumado a que esa situación puede desatar una crisis en los precios del petróleo. En ese marco, a medida que corren los días y la tensión de agudiza, un posible ataque militar sobre Irán parece ser más inminente y se vislumbra el verdadero objetivo de los halcones de Washington avalado por sus seguidores europeos. Más allá de las acusaciones esgrimidas, pero no comprobadas, por el bloque occidental en contra de Irán, que afirman que el programa nuclear iraní tendría fines militares, los verdaderos intereses para una agresión militar contra el país persa tendrían otra connotación. En primer lugar, cabe señalar que un eventual ataque contra Irán, ya sea liderado por Estados Unidos, o por Israel apoyado por el país del norte, podrían desatar en la economía petrolera mundial una ESPIRAL INFLACIONARIA QUE LLEVARÍA EL PRECIO DEL CRUDO A 105 DÓLARES EL BARRIL. Este posible panorama afectaría los intereses estratégicos del eje Rusia-China-India, principales consumidores a escala planetaria, y además podría ser el detonante de nuevos conflictos armados de alta o media intensidad, producidos por la necesidad de contar con el recurso vital de supervivencia: el petróleo. China ya estableció relaciones con Irán, inclusive con Arabia Saudita, tanto económicas como militares. Existe una red de energía asiática, con sede en China y Rusia, pero que posiblemente atraerá a India, Corea y otros países. Si Irán se desplaza en esa dirección, podría convertirse en un factor vital de esa red energética. Tal red energética puede convertirse en la peor pesadilla para Washington. Además, para un futuro no muy lejano se pronostica un declive de la oferta energética global a consecuencia del agotamiento de las reservas existentes. El precio del barril de crudo podrían alcanzar, dentro de diez años, los 380 dólares. Para el 2015, la oferta de petróleo en el mercado será de 100 millones de barriles, mientras que la demanda, estimulada por el continuo derroche de Estados Unidos y el crecimiento constante de China, India, África del Sur, entre otros, sobrepasaría los 108 millones de barriles. Cuando la demanda excede en un ocho por ciento a la oferta, no hay equilibrio de precios. Entonces estos se disparan. Estados Unidos, calcula que si para esa fecha tiene el control de los recursos de Medio Oriente, tendría la posibilidad de obtener jugosas ganancias estimuladas por los altos precios del petróleo. De paso la espiral inflacionaria y los altos precios del barril de petróleo provocarían la quiebra del sistema económico mundial, principalmente de las economías en fornido desarrollo de Rusia, India y China, mientras EEUU se mantendría indemne consumiendo petróleo barato de sus dominios militares. En la actualidad está más que claro que las intenciones de los halcones en Irak son el control de su enorme fuente de reservas de petróleo. Irán, es el próximo objetivo en los planes de la Casa Blanca por el control de los recursos energéticos necesarios y escasos a nivel mundial. Al igual que la excesiva campaña contra Bagdad en base a las supuestas armas de destrucción masiva que nunca se encontraron, las acusaciones contra Teherán de querer construir armas nucleares son la preparación de un escenario donde la opinión publica mundial avale un “ataque preventivo” contra el pais asiático, con el objetivo oculto de controlar sus reservas petroleras. Irán es un importante productor de petróleo a nivel mundial, que posee la cuarta reserva mundial del hidrocarburo. Este año Teherán pretende crear una Bolsa petrolera local para vender su petróleo y el de otros países fuera del control de las bolsas de Nueva York y Londres donde se cotiza el oro negro. Además, los iraníes tienen la intención de que las cotizaciones se realicen en euros y no en dólares, algo que no es bien visto por Washington y Londres. Por otro lado, se corrió la voz de que Irán inició el retiro de fondos depositados en cuentas europeas ante la posibilidad de afrontar sanciones por parte del Consejo de Seguridad de la ONU. Al parecer el gobierno iraní de traslado sus fondos a bancos en Hong Kong, Singapur, Shanghai y Malasia. Algunos cálculos consideran que los mismos alcanzarían los 50.000 millones de dólares. No hay ninguna duda de que se esta preparando un futuro enfrentamiento por los recursos energéticos entre Estados Unidos liderando el bloque occidental contra los intereses de China, India y Rusia. Los posibles precios imparables del petróleo que este enfrentamiento provocará arruinarían las economías de los más importantes rivales geopolíticos de Estados Unidos al asegurarse el reembolso del comercio energético global. Los misiles actualmente apuntados a Irán tienen como objetivo final tanto China como Rusia. El escenario para un ataque a Irán está diseñado por los estrategas del Pentágono hace varios meses, sólo es cuestión de encontrar el clima mundial propicio para dar el gran golpe. Las acusaciones de armas nucleares en manos del régimen de Teherán son una nueva excusa de los halcones, esta vez acompañados por los principales países de la Unión Europea (UE), para controlar el petróleo iraní.

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