9 de diciembre de 2004

LA LOCURA EN EL PODER

Bush insiste: "Creemos que Irán tiene ambiciones nucleares militares“. El intento de detener su supuesto programa de armas nucleares de Iran se están convirtiendo en la nueva obsesión de Bush. Bush ha hablado mucho pero ha hecho poco contra la proliferación nuclear. Incluso la ha favorecido. Al atacar el Afganistán de los talibanes tras el 11-S, buscó la ayuda de Pakistán y, menos comprensiblemente, levantó las sanciones contra este país por haber construido armas nucleares. Un inestable Pakistán con armas nucleares puede resultar a la larga mucho más peligroso que Irán. Bush ha mermado los instrumentos para controlar la proliferación nuclear. En 1999 el Senado rechazó ratificar el Tratado de Prohibición Total de Pruebas Nucleares (1966), que Clinton suscribió en 1996. Así se facilita la llegada de una nueva generación de armas nucleares más pequeñas que fácilmente podrían llegar a manos de terroristas. Por otra parte, el escudo antimisiles que EE UU está desplegando, no sólo no proporcionará esa protección total que utópicamente busca, sino que, tras su denuncia del Tratado ABM que limitaba los sistemas de defensa, puede fomentar la aparición de nuevas armas, como esas nucleares "que no tiene ningún otro país" anunciadas por Putin. Aunque hoy por hoy, el mayor peligro que supone Rusia es haber perdido el control sobre varias decenas de estas cargas. Urge reforzar los instrumentos contra la proliferación nuclear. USA deberían predicar con el ejemplo y no alentar la proliferación. ¿Pero como esperar que sea razonable una nación que se ha vuelto loca?

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