7 de diciembre de 2004

USA Y DERECHO INTERNACIONAL

USA opone una fuerte resistencia al establecimiento de un orden internacional regido por normas jurídicas. La resistencia la presenta en cuatro terrenos: 1. Los problemas ambientales mundiales; 2. La creación de una Corte Penal Internacional; 3. El mantenimiento de la pena de muerte; 4. La actitud observada en la relación entre terrorismo y Derechos Humanos. De nada sirve demostrar que se produce el cambio climático y que proceden de territorio estadounidense el 25% de los gases de efecto invernadero. En las negociaciones ambientales internacionales la táctica de USA resulta siempre la misma: participar en el proceso negociador para retardar las soluciones y, cuando se alcancen soluciones (aunque sean parciales, como el Protocolo de Kyoto de 1997 sobre reducción de gases de efecto invernadero), no asumirlas, no comprometerse, e incluso presionar a otros Estados para que tampoco se comprometan.La creación de la Corte Penal Internacional (cuyo Estatuto de Roma de 1998 ya ha entrado en vigor) tampoco agradó a la hiperpotencia. Participó en las negociaciones, pretendió que fracasaran y, cuando finalizaron, no solamente no ratificó el Estatuto sino que comenzó una doble táctica: Buscar mediante acuerdos bilaterales que no se acusara de crímenes de lesa humanidad o de guerra a sus soldados y agentes y, si eran acusados, amenazar con intervenir allá donde fueran juzgados. Como la Corte Penal Internacional tiene la sede en La Haya, los EEUU parecen dispuestos a invadir y ocupar dicha ciudad holandesa.Ante la pena de muerte es bien conocida la posición estadounidense; los EEUU caminan en una compañía tan peligrosa en esta materia como China, Arabia Saudí e Irán. En territorio estadounidense las ejecuciones se producen con frecuencia, las sufren negros, hispanos, incapaces o personas que eran menores en el momento de cometer sus delitos. Matan incluso a extranjeros cuyos derechos no han sido respetados.Por otro lado, conviene no olvidar la actitud mantenida en la relación entre el terrorismo y los Derechos Humanos. Quede claro que los actos del 11 de Septiembre de 2001 fueron actos criminales, en absoluto admisibles. Pero frente al terrorismo no vale todo; los Derechos Humanos deben prevalecer también al juzgar esos actos. La Administración BUSH predica sin embargo lo contrario y detiene y mantiene en prisión durante meses a cientos de personas. Lo mismo puede decirse del mantenimiento de los prisioneros de guerra en Guantánamo.
Según a manifestado claramente, para Bush, USA actúan en virtud de un mandato divino, que designa a los yanquis como pueblo elegido y que les permite una total libertad de acción, sin sumisión a norma jurídica alguna.

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