4 de marzo de 2006

Bush y Whitman

Bush le ofreció aviones y naves de guerra a la India, luego de firmar un acuerdo de cooperación nuclear mediante el cual Washington proveerá a Nueva Delhi tecnología y combustible para reactores. La movida es clara: encerrar a los árabes musulmanes por dos frente. El Pentágono tiene la intención de ofrecer a la India aviones F-16 y F-18. Los chinos, principales acreedores de los yanquis, deben estar de muy, muy, pero muy mal humor. India pondrá bajo las inspecciones internacionales sus reactores nucleares civiles a cambio del acceso a tecnología nuclear. Este acuerdo es un regalo de cielo para la India que tuvo prohibida la transferencia de material o tecnología nuclear en las últimas tres décadas, después de sus primeros ensayos de armas nucleares en 1974. La estrategia es evidente: hacer una tenaza sobre todo el petróleo en manos de los musulmanes aliándose al brahmanismo. Todo seria lógico si no fuera porque al mismo tiempo Bush, en un acto de locura suicida, le entrega a los árabes musulmanes la administración de sus puertos. Como reacción a esto, republicanos y demócratas llegaron a un acuerdo. Ocurrió en el Congreso, donde los legisladores de ambos partidos se han unido para impedir que a la empresa del Gobierno de Dubai asuma la gestión de ALGUNAS TERMINALES de carga en seis grandes puertos de EE.UU. Fíjense: sus aspiraciones son moderadas, quiere impedir que los árabes administren solo algunas instalaciones en algunos puertos y no todas, no es rechazan de plano esa descabellada idea, simplemente quieren moderar el desatino bushista. La empresa Dubai Ports World, que pagó 6 800 millones de dólares por la compra de Peninsular and Oriental Steam Navigation, de Londres, que antes manejaba esos seis puertos, aceptó un aplazamiento de 45 días para asumir la administración de las operaciones portuarias. O sea, que la empresa árabes solo aplazó hacerse cargo de los puertos. Tan pronto como la empresa de Dubai inicie las operaciones comenzará un proceso transferencia de información sobre las operaciones de seguridad yanquis -y muy especialmente sobre los vacíos de esas operaciones de seguridad- a una empresa de un Estado árabe en la cual seguramente hay empleados quienes, por razones de corrupción o ideología, pasaran esa información a gente de Al Qaeda. Se puede decir que los yanquis están “caminando amortajados hacia su propio funeral”, robándole la frase al gran poeta norteamericano Walt Whitman.

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